domingo, 23 de septiembre de 2012

INDIA III. Varanassi, la ciudad bucle

Varanassi



Si eres de los que te conformas con ver el espectáculo desde tu butaca, entonces quédate ahí hasta que termine. Te iras a casa satisfecho con el ingenio de los cómicos; pero si eres de los inconformistas, de aquellos que quieren ver qué se esconde tras los bastidores: entonces ven conmigo a Varanassi.

Rickshaws

Porque Varanassi es quizá la ciudad del mundo donde se representa el ciclo de la vida; donde la vida y la muerte cruzan de la mano sus calles laberínticas y herméticas. Angostos cauces por donde la vida discurre a borbotones, camina indiferente al hedor, mezcla de orín humano y excremento de vaca;, pasea por improvisados estercoleros en las esquinas donde niños y niñas juguetean desnudos. Será complicado abrirte paso entre sus coloridos comercios donde se apaña toda posibilidad de negocio. Tendrás que esquivar a los mendigos asfixiantes y a los guías, y las motos y los autotrickshaw, los carros de fruta, el intenso olor a refrito que desprenden los kioscos de comida, y las vacas sagradas campando a sus anchas con escolta de moscas.

Pero debes insistir en traspasar el umbral hasta llegar al Ganges: bajarás las escaleras de cualquier Ghats y te toparás con un río santo que tiene el ancho de varios campos de fútbol y el color del café con leche. Entonces siéntate y contempla, no trates de entender nada, no te esfuerces. Todo esta impreso en el lodo que cubre las plataformas. Déjate seducir por el colorido de los saris, de los kioscos de ofrendas florales, de las lavanderas, de las telas extendidas al sol.


Déjate cautivar por el chapoteo alegre de los niños de piel de alabastro, déjate conmover por el delicado pudor con que las mujeres se enjabonan bajo las anchas telas de sus vestidos, o por la natural frescura en los hombres en calzoncillos escurriendo sus ropas sobre las losas.

Quédate impresionado al fin con las llamas rojas de las piras funerarias de los muertos, quienes una vez bañados en el Ganges son tendidos sobre un rimero de troncos para hacer el último viaje hacia otra vida mejor. Imprégnate de su ceniza que parece flotar como un alma sobre los vivos. Graba en tu memoria el olor de la carne quemada. Es ese instante en que la muerte vuelve a darse la mano con la vida, puesto que para ellos este viaje no es desgraciado, sino una alegría por despedir a un ser querido que viaja hacia otro destino de felicidad cierta. No encontrareis a nadie llorando en estas ceremonias, todo es simple, como el ocaso a ras del horizonte.

Es Varanassi una ciudad de extremos, donde unos se empeñan en sobrevivir sobre la miseria y otros llegan para esperar la muerte.


Madera para piras funerarias
Mi nombre es Sharda Devi, nací en Amrisat y he viajado durante años para llegar hasta aquí. Me contempláis vieja, con la piel adherida a los huesos, con los ojos hundidos como pozos sin agua, cubierta con un simple Sari sin más detalle que la blancura con que lo conservo. Nací en una casta inferior y he dedicado mi vida a sobrevivir como pude. Tuve hijos, algunos murieron y otros... también. Ya sólo me resta paciencia para aguardar la caridad en este edificio sórdido junto al Manikarmanika Ghats. Necesito reunir  el dinero suficiente que cuesta mi pira. Un kilo de madera 150 Rupias, a cambio te impondré las manos en la cabeza para bendecirte y desearte una vida mejor. Dentro de unas semanas, cuando haya podido reunir lo suficiente, me bañaran por ultima vez en el Ganges y una vez purificada me dispondré a vivir de nuevo y olvidar de una vez lo que he vivido.




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